Derrame
pleural
Los pulmones y
el lado interno del tórax están revestidos por una capa fina, la pleura. Esta
consta de dos hojas entre las cuales se encuentra una película líquida
deslizante de entre 1 a 10 ml. La pleura absorbe diariamente una pequeña
cantidad de este líquido y lo vuelve a formar en la misma medida. Si se altera
este equilibrio, se produce un derrame pleural.
La acumulación de
líquido puede darse por diferentes motivos, tales como insuficiencia cardiaca,
cirrosis hepática, neumonía y cáncer. Dependiendo de la causa, el líquido puede
ser rico en proteínas (exudado) o acuoso (trasudado). Esta distinción permite
al médico determinar la causa. Los trasudados son consecuencia de un aumento de
la presión microvascular o de la disminución de la presión oncótica de la
sangre o de la combinación de ambos. Los exudados son consecuencia de un aumento
de la permeabilidad de la superficie pleural en general por inflamación de
diversa causa. Y sus posibles causas son:
TRASUDADO
– insuficiencia
cardíaca
– hipoproteinemias
(desnutrición, nefrosis)
– mixedema.
EXUDADO:
– Infecciones
(neumonías de diversa etiología, abscesos supra e infra diafragmáticos,
tuberculosis, infecciones micóticas, complicaciones infecciosas del SIDA)
– Tumorales
(tumores parenquimatosos pulmonares, mesotelioma, tumores metastásicos,
linfomas, tumores ováricos)
– Enfermedades
sistémicas (lupus sistémico, artritis reumatoide, dermatomiositis,
polimiositis, esclerodermia, vasculitis, derrames pleurales secundarios a
lesiones cardíacas)
– Digestivas
(pancreatitis aguda y los pseudoquistes
pancreáticos, perforaciones del tubo digestivo esofágicas o de estómago,
peritonitis, manipulaciones quirúrgicas)
La sangre en el
espacio pleural (hemotórax) suele ser consecuencia de una herida en el tórax.
En raras ocasiones, la ruptura de un vaso sanguino dentro del espacio pleural o
una zona dilatada de la aorta (aneurisma aórtico), puede permitir la entrada de
sangre dentro de dicho espacio. Debido a que la sangre en el espacio pleural no
se coagula completamente, el médico le resulta relativamente fácil extraerla
mediante una aguja o tubo de tórax.
El pus en el
espacio pleural (empiema) puede acumularse cuando la neumonía o el absceso
pulmonar se extienden hasta ese espacio. Una amplia variedad de bacteria así
como ciertos hongos y mico bacterias (especialmente las bacterias que causan
tuberculosis) son los organismo que más a menudo causan derrame pleural el
empiema también puede complicar una herida previamente infectada en el tórax,
una cirugía de tórax, una ruptura del esófago o un absceso en el abdomen.
El líquido lechoso
en la cavidad pleural (quilotorax) es producido por una lesión de los
principales conductos linfáticos del tórax (conducto torácico) o por la
obstrucción del conducto de vida a un tumor.
Sea cual sea la causa, los trasudados y los exudados serosos habitualmente
se reabsorben sin efectos residuales si se controla la causa precipitante o si
esta desaparece. Por el contrario, los derrames fibrinosos, hemorrágicos y
supurativos pueden producir organización fibrosa, que da lugar a adherencias o
engrosamiento pleural difuso y, a veces, calcificaciones de mínimas a masivas.
CRITERIOS DE LIGHT: sirven para diferenciar trasudado de exudado
en el líquido pleural. Albúmina suero / albúmina LPL
Manifestaciones
clínicas
Los
derrames pequeños mayormente son asintomáticos y pueden encontrarse de forma
accidental en una radiografía de tórax. Los principales síntomas de
presentación son disnea, tos y dolor pleural.
La
disnea suele ser proporcional al tamaño del derrame y a la causa subyacente: en
la insuficiencia cardiaca suele ser más intensa
La
tos seca e irritativa se atribuye a la inflamación de la pleura o a
estimulación bronquial por compresión. El dolor es intenso y localizado, se
inicia con la pleuritis aguda y suele desaparecer cuando se instala el derrame.
Empeora con la tos, el estornudo, la respiración profunda o los movimientos
bruscos, el dolor se siente
habitualmente en la pared torácica, justo sobre el lugar de la inflamación.
Anamnesis
Se debe preguntar:
·
Disnea y ortopnea.
·
Antecedentes de hepatitis b o
alcoholismo (cirrosis).
·
Edemas de los miembros inferiores,
diabetes (síndrome nefrotico).
·
Contactos con tuberculosos.
·
Contacto con asbesto.
·
Ingesta de fármacos
·
Antecedentes de traumatismo en el
tórax (hemotorax).
Examen
fisico
Inspección:
el hemitórax afectado presenta menos movilidad y la respiración es superficial
cuando hay dolor o derrame voluminoso.
Palpación:
puede haber frote si existe pleuritis y el derrame es pequeño, y abolición de
las vibraciones bocales si es de mayor magnitud.
Percusión:
existe matidez del hemitórax comprometido. Si el derrame esta libre, la matidez
puede desplazarse con la postura.
Auscultación:
hay una disminución o ausencia del murmullo vesicular, pectoriloquia áfona y
egofonía.
Exámenes
complementarios
La
radiografía de tórax, la ecopleura y la tomografía computarizada, permiten
confirmar la presencia de derrame.
La
radiografia de torax, en derrame de mayor magnitud se puede observar una
opacidad homogénea que borra el contorno diafragmático y tiene una concavidad
superior. En la radiografia con el paciente acostado en decúbito lateral se
puede visualizar el desplazamiento del líquido hacia la zona declive y el
aclaramiento de la base.
La
ecografía pleural permite detectar derrames loculados y de muy escasa cuantía
(de hasta 10 ml), así como localizar el lugar más adecuado para la
toracentesis.
La
tomografía torácica es útil para distinguir entre lesiones parenquimatosas y
pleurales.
Tratamientos
Cuando se ve que
hay líquido en la pleura, el
objetivo principal del médico es drenarlo, evitar que éste se acumule
otra vez e intentar averiguar la causa por la que se ha almacenado. La técnica
más empleada para sacar el líquido es la toracocentesis, así deja de hacer
presión en el tórax y permite que éste se expanda. Después, el tratamiento que
se administra al paciente depende de si el derrame es trasudado o exudado.
Los diuréticos, según Marrón, son la base del
tratamiento para el derrame pleural si es de tipo trasudado porque son eficaces
para tratar la insuficiencia cardiaca. Por el contrario, si es exudado, lo
importante serátratar el origen de la
enfermedad, por ejemplo si ha sido causada por una infección. Los
antibióticos son la opción más efectiva.
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